Vámono' Essstá Toda la Yuta

Es hora de tomarnos el palo


Autora: Hyspasia (@Hyspasia)

Voy a hacer una enfervorizada defensa de la necesidad de irnos del Mercosur, Unasur y, ya que estamos, UNICEF, BID, BANCO MUNDIAL, FMI y todos los etcéteras correspondientes.
Pero el artículo de hoy lo dedicaré al Mercosur. Para el resto hay tiempo.

El 13 de diciembre de 2017 Santiago González  publicó aquí reproducido en Restaurar “Los DDHH según Cambiemos”:

La cuestión de los derechos humanos, ellos lo saben mejor que nadie, 
es una gigantesca patraña internacional, a la vez un negocio y una herramienta 
política para facilitar otros negocios, en auge creciente desde la década de 1970, 
justamente cuando el caso argentino demostró a los campeones del 
internacionalismo, la globalización del mercado y el gobierno mundial 
que era posible una injerencia no bélica y políticamente correcta en los 
asuntos de otros estados”. (*)

Voy a detenerme en la “injerencia” y en “otros estados”, o sea, nosotros.

Los campeones del internacionalismo, como ya dije en “Obsoleto” desean la “Federación Unida de Planetas”.

Vean el detalle: Tanto Star Trek como la Unión Europea utilizan
el mismo tono de azul.

Su sueño húmedo casi se les cumple con la Unión Europea.

La Unión Europea es una institución donde diez personas toman las decisiones que afectan a millones y éstos no pueden hacer nada para oponerse. Es más, cada tanto, hacen un referendo, el pueblo dice “No” y los burócratas siguen como si tal cosa.


En las últimas décadas la socialdemocracia fue estableciendo mecanismos de injerencia en asuntos internos de otros países a través de los organismos internacionales. Cualquiera les sirve. Y los van rotando si alguno se vuelve “no grato”.


La Corte Penal Internacional es uno de los tantos casos [1].

Corte Penal Internacional de Justicia,
cientos de burócratas interfiriendo en la
soberanía de las naciones.

En la Argentina se dio una desgraciada confluencia: la intromisión de los organismos internacionales que sufren algunos países [2] y además las restricciones impuestas por Gran Bretaña luego de la Guerra del Atlántico Sur (Malvinas).


Por lo tanto tuvimos una doble imposición externa que nos limitó doblemente. La casta política argentina se acomodó rápidamente, desde 1983 a hoy. Porque ninguna de las dos imposiciones les impedía (impide) robar. Por lo tanto, para ellos, los políticos, está todo bien.
Pero para nosotros, el Pueblo de la Nación Argentina, no.

Pasado el tiempo, todo hace sospechar, que la formación del Mercosur ha sido parte de una o de ambas imposiciones.


Mercosur

Sarney y Alfonsín firman el Tratado de Iguazú en 1985.
Los presidentes firman en Asunción el tratado del Mercosur
 en 1991.

La globalización surgió con fuerza en la década del ochenta y se comenzó a formalizar en los 90. ¿Por qué? La verdad que no lo sé.
Tengo una sospecha: para dar una lección a los sindicatos de los países desarrollados y/o con historia sindical y para crear una barrera al crecimiento de la URSS en países pobres. Los empresarios y la élite política, cansados de la conflictividad sindical y los sindicatos fuertes (Inglaterra, Italia, EEUU, Francia, Argentina, por ejemplo), decidieron mover parte de la producción a países del Tercer Mundo especialmente elegidos [3], para desinflar las velas de los sindicatos en sus propios países. Para darles una lección. Para ganarles la pulseada.

Huelga de mineros en Gran Bretaña 1984.

Eso lo complementaron con políticas activas de importación de personas desde países sin tradición sindical.

Si bien la Argentina es un país no desarrollado, en todo lo que hace a su historia sindical, organización obrera y conflictividad, estuvo siempre a la par de los países del primer mundo con tradición sindical, como Inglaterra y otros ya citados, a lo que se debería agregar Polonia [4], con una historia similar. Por eso la Argentina no fue elegida como destinado de las nuevas industrias [5].
Los países asiáticos: Corea del Sur, India, Taiwan, Hong Kong, Macao, Filipinas fueron elegidos para recibir industrias como una forma de prevenir el crecimiento de la influencia soviética.

La libertad de exportar productos japoneses a EEUU luego de la Segunda Guerra Mundial debe leerse de la misma manera: que Japón no se suma en la miseria y en su desesperación gire su vista a Moscú. La misma lógica que con una Alemania Occidental perdidosa.

Las grandes empresas (lo que hoy llamamos el consenso de Davos, pero en esa época no) eligió, dentro de América del Sur a Brasil. ¿Por qué? Porque no tiene historia sindical, tiene una burguesía condensada en muy pocas manos lo que facilita cualquier negociación y porque, básicamente no es Argentina, donde los trabajadores tienen una historia de reclamos que les hace acordar demasiado a los trabajadores franceses o ingleses.

Life on Mars.

Brasil, a pesar de que cuando se tomó la decisión, no tenía ni FFCC, ni rutas y la mayoría de la población era analfabeta, y la Argentina contaba con toda esa inversión lista para ser utilizada, la elección fue por Brasil. Las rutas se hacen y la mano de obra calificada se forma y los profesionales se les “roban” a la Argentina hasta que se pueda cerrar la brecha (una generación).


Las inversiones se frenaron aquí completamente cuando fue el máximo momento de conflictividad con la guerrilla [6]. Cerraron fábricas, se frenaron las inversiones proyectadas, etc. El freno en el crecimiento se ve claramente en cualquier cuadro de PBI. La guerrilla fue mortal para nuestro crecimiento.
A partir de la Guerra de Malvinas la elección de Brasil como centro de recepción de inversiones tiene una doble función, una la antedicha, la otra someter a la Argentina desvistiéndola de sus capacidades industriales y de su riqueza.
Prácticamente se cerró la fábrica militar de aviones (se cedió a una empresa inglesa), gran parte de los ingenieros fueron absorbidos por EMBRAER, Acindar se vendió a brasileños y se trasladó todo lo que se pudo.
¿Cuál es el truco del Mercosur? El Mercosur asegura a las empresas multinacionales (y a las pocas empresas nacionales brasileñas, pero eso es lo de menos) que si ponen una empresa en Brasil o trasladan una empresa de Argentina a Brasil (Gilette por ejemplo), tienen cautivo el mercado argentino.


Que la Argentina, que ya no produce ese bien no lo pueda importar libremente del mejor mercado sino que se ve obligada a comprarlo a Brasil, con sobreprecio [7]. Ejemplo: nosotros importamos pasta dentífrica de Brasil (¡pasta dentífrica!). Invento del SXIX, sencillo, una pasta que puede elaborar cualquier farmacéutico o en un galpón más o menos acondicionado. Se vende a $ 800 el kilo. Lo fabrican en Brasil [8]. Cualquier ahorro de costo laboral o de electricidad que pueda haber en Brasil se compensa rápidamente por el costo de flete de 3.000 km en camión. Existe arancel común. Y como si fuera poco, en Argentina actúan sólo dos o tres empresas que venden el 75% de su producción en cadenas de supermercados. El sueño de cualquiera. La Argentina, excepto pasta dental de alta gama (que importa de GB) lo compra a Brasil.
Lo mismo se puede decir de jabones de tocador, que ya los hacía don Vieytes en su Jabonería en el SXVIII [9].


Toda promesa del Mercosur que pudiera ser similar a la Comunidad Económica Europea se vio rápidamente desbaratada. Si el Mercosur hubiera dejado el monopolio de la producción láctea a Uruguay y Argentina, que la exportara a Brasil y a cambio Brasil vendiera, por ejemplo, sus pésimas herramientas de mal acero, hubiera sido algo similar al intercambio. Pero Brasil, además de “robar” fábricas a Argentina con exenciones impositivas y préstamos blandos de la banca estatal brasileña, se dedicó a fomentar la producción de carne vacuna y lechería, inexistente hasta ese entonces. Brasil hoy tiene 200 millones de cabezas de ganado, tres veces más que la Argentina y es uno de los mayores exportadores de carne vacuna del mundo.
No critico a Brasil, que hizo su juego.
Critico a los argentinos, a los políticos argentinos, que nos sometieron a un no-trato comercial, que beneficia a uno sólo de sus componentes. ¿Cuál? El elegido por el consenso de Davos.

Presidente Lula en Davos.
A nosotros nos costó desindustrialización, pauperización, descontrol de nuestra política comercial ya que hay un arancel común y no podemos importar libremente lo que queremos. Es parte de la razón, no la única, del 30% de pobres.
¿Qué significa realmente estar en el Mercosur? Que el ente decide la política de aranceles externas y que cada país no puede establecer tratados per se (que Brasil viola sistemáticamente). Además que existe libre movilidad de mercadería entre los cuatro países. Entonces, si Brasil pide un arancel alto para proteger, por ejemplo, su industria de productos de tocador, la Argentina no puede importarlos desde, por ejemplo, Irlanda. El arancel equivale al sobreprecio que el industrial brasileño puede cobrar. Y así terminamos comprando cosas malas y caras a Brasil en lugar de cosas - tal vez igual de malas - pero más baratas [10].
El Mercosur estableció un arancel común, pero no limitó otras políticas. Ejemplos: impuestos, exenciones impositivas, subsidios de los estados, créditos blandos del estado o de agencias gubernamentales de fomento y desde ya las políticas laborales. Eso hizo, en un inicio, que hubiera una carrera entre distintos estados brasileños para ofrecer exenciones impositivas y créditos de bancos estatales a quien se instalara en su territorio. Una competencia desleal entre los cuatro miembros de la sociedad.
Como broche podemos citar la maxi devaluación que efectuó Brasil en forma inconsulta con Argentina a fines de la década del ‘90 (pero sí consensuada con el FMI) que fue una de las razones, no la única, de la crisis del 2001 en Argentina.





Volemos al mundo

Propaganda de #Brexit cuando le proponían a sus
conciudadanos irse de la Unión Europea:
"Fuera e irse al mundo".
En resumen: no sólo creo que la Argentina debe abrir su economía, sino que el motor del crecimiento debe ser la exportación.
Para eso debemos tener las manos libres para comerciar con el mundo y establecer acuerdos. El interés de Brasil de producir productos electrónicos nos frena de cerrar tratados con el sudeste asiático que de otra manera tiene economía complementaria con nosotros y sería un excelente mercado (Corea del Sur, Taiwan, Japón, etc.).


Irnos del Mercosur significa eliminar burocracia, ser libres de establecer una política comercial exterior acorde a nuestras necesidades y, después de mucho tiempo, empezar a pensar en nosotros.
Irse del Mercosur no significa dejar de comerciar con Brasil, significa no tener un arancel externo común.
Es el paso inicial, imprescindible pero no suficiente, para volver a ser la décima economía del mundo.


* * *


Agradecemos la difusión del presente artículo: 

* * *

Colaboraciones a restaurar.arg@gmail.com

 * * *

(*) La negrita y el subrayado me pertenecen.

[1] Ninguna institución que haya contratado a Moreno Ocampo es seria, por definición.

[2] No todos, nadie le dice a Rusia o a Irán qué hacer.

[3] Esto es importante. Los países receptores de industrialización no fueron al azar o la libre oferta y demanda de regiones para invertir. Fueron cuidadosamente seleccionados en el marco de la Guerra Fría.

[4] Polonia contaba con una gran tradición sindical, en particular en sus astilleros y siderurgias. Sufrió duramente la intervención soviética, porque, como sabemos, el gobierno del pueblo prohíbe la sindicalización, hasta las bestiales huelgas que permitieron el derrumbe del sistema, a fines de la década de los ochenta.

[5] Otro elemento adicional fue que los grupos armados (ERP, Montoneros, otros) se habían focalizado en las empresas extranjeras (no únicamente) lo que había hecho que varias de ellas congelaran las inversiones o directamente levantaran campamento. A principios de la década del ‘80 todavía reinaba la desconfianza.

[6] Y excepto estertores nunca se recuperó.

[7] Técnicamente se donomina “desvió de comercio”.

[8] Hay algunas fábricas instaladas en San Luis con promoción industrial.

[9] Voy a dar otro ejemplo más. Existe un arancel alto de importación de productos electrónicos porque Brasil quería tener su industria, lo que al final no sucedió. Pero sí Brasil consiguió que HP instale una fábrica de toner. La Argentina no produce, pero no es libre de importar a precios razonables porque debe respetar el arancel alto que...protege a HP Brasil. Por eso, cada vez que usted paga una fortuna una cartucho de toner, acuérdese de todos los políticos que sostienen el Mercosur.
El caso de los automóviles es particularmente patológico. El acuerdo es que por cada auto que vende Argentina a Brasil, Brasil puede vender dos. Y nadie puede importar para que las terminales (todas extranjeras) tengan coto de caza. Cuando la Argentina ya fabricaba autos cincuenta años antes de que Brasil lo hiciera. Para comprar batatas caras, al menos hagámoslas nosotros.

[10]  Otro ejemplo: Franco Macri está armando unas camionetas horribles en Uruguay de partes importadas de china. Las vende carísimas. ¿Por qué? Porque existe un alto arancel común y no hay arancel de Uruguay a la Argentina.

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